Disciplina y consecuencias

Cómo actúe inmediatamente después de un mal comportamiento influye en la frecuencia con que su hijo se porta bien.
La disciplina efectiva ayuda a aumentar los comportamientos deseados y reducir los indeseados.

Recompensas sociales sobre materiales: Abrazos, besos y elogios son más poderosos y frecuentes que juguetes o dulces.
Sistemas de recompensa: Tableros de calcomanías u otros sistemas ayudan a reforzar el buen comportamiento.
Ignorar malos comportamientos: No dar atención a berrinches, lloriqueos o interrupciones puede detenerlos.
Distraer al niño: Cambiar su atención a otra actividad ayuda a interrumpir la conducta negativa.
Consecuencias inmediatas y acordes a la edad: Los niños pequeños necesitan que las consecuencias sigan al comportamiento para entenderlo.

Mantenga la calma: Su hijo percibe sus emociones; gritar o enfadarse puede empeorar la situación.
Use consecuencias lógicas: Relacione la consecuencia con la acción (p. ej., perder un juguete si no comparte).
Explique cómo afectan sus acciones a otros: Ayuda al niño a comprender el impacto de su comportamiento.
Sea constante: Aplique siempre las mismas consecuencias para que el niño entienda las reglas.
Aclare las reglas a todos los cuidadores: Asegúrese de que quienes cuidan a su hijo apliquen las normas de manera uniforme y predecible.